Bienvenidos al mundo del REconocimiento

Bienvenidos al mundo del REconocimiento
Siembra en el rojo atardecer

sábado, 25 de diciembre de 2010

¿Podemos hablar?
Sí, qué?
Pero no aquí en tu oficina donde tu estás sentado
y yo de pie, en el dormitorio.
(Entramos)
Uf, dejé las cosas desordenadas. (Las ordena).
¿Puedes cerrar la puerta por favor?
(La cierra, me acuesto, él se acuesta a mi lado de frente).

¿Qué paso contigo respecto de mí?
y esta vez por favor, sin evasivas.
¿se perdió el encanto?
Es una buena forma de decirlo.(Silencio)
Ya era para mi evidente antes que viajases,
a tu regreso, fue descarado.(Silencio)

Nunca te voy a dar la separación
mientras mis hijos sean menores de edad,
¿te parece que durmamos en cuartos diferentes?
yo me voy al frente, tú te vienes para acá,
y tu escritorio lo usamos para guardar
las cosas de la casa que nunca tienen lugar.
Sí, me parece.
Aún podemos ser amigos,
y tratarnos con respeto,
y frente a los niños, sin gritos,
sin malos gestos.
Sí, a mí lo que más me interesa son los niños.
De acuerdo, yo ya retiré mis cosas
de este cuarto.
Entonces me voy. (Se me humedecen los ojos, silencio)
Lamento haberte causado esta tristeza.
(Me levanto y me voy, entro al cuarto de huéspedes
y lloro, silenciosamente.)
10 años en un minuto, quizás menos.